
Dentro de sus varios componentes, el cemento contiene cal.
La porosidad en el hormigón es común y esta permite al agua entrar o salir de éste .
El agua es necesaria para que el hormigón pueda reaccionar, endurecerse y fraguar ,pero una relación a/c alta es perjudicial ya que crea un alto índice de capilares libres.
Siempre que llueve o el hormigón se moja también el agua puede penetrar en el hormigón. Este agua presente dentro del mismo disuelve la cal libre del concreto y cuando se va secando, el agua conduce la solución de cal a la superficie . Al evaporarse el agua, se quedará un depósito blanco en la superficie del hormigón a base de cemento
Este depósito blanco es lo que se llama la “eflorescencia”. Cualquier sea el tipo de producto que se hace con cemento, el fenómeno de eflorescencia puede ocurrir y es casi imposible prevenirlo.
La eflorescencia no es tan visible en un hormigón de color natural “gris” porque el contraste entre el deposito y el fondo es muy poco. Pero cuando se trata de un concreto coloreado, el contraste puede ser mucho mayor y por eso se notará más la presencia de eflorescencia.
También cabe señalar que los cementos grises con adiciones de cenizas volantes suelen tener más problemas por el contenido de inquemados de estas cenizas .
La buena noticia es que la eflorescencia es un problema temporal, ya que el depósito blanco desaparecerá por sí solo con el tiempo. De hecho, de la misma manera que él agua dejó estas manchas al evaporarse, el agua de la lluvia disolverá este depósito blanco y se lo llevará. Lo más lloverá, lo más rápido se irá.
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